Sin límites, sólo la carretera abierta

Paul Ogier
Amante de la naturaleza. Ciclista de gravel.
True Original

Publicado el

28/09/2021

Rompiendo moldes

Algunas personas presentan una afinidad natural por un deporte particular. Siguen un camino concreto para perfeccionar sus habilidades y sobresalir en un campo. Otras personas tienen un enfoque más ecléctico. Es justo decir que el ciclista de gravel Paul Ogier ha probado, y ha destacado, en muchos deportes. Desde los picos nevados de sus años de esquí alpino hasta literalmente 60 metros por debajo del mar como buzo de apnea. Paul no es un hombre que renuncie a un reto físico.

La natación es uno de los primeros deportes para los que Paul entrenó, pero pronto se dio cuenta de que los confines de una piscina no eran para él. Tenía la impresión de estar atrapado en una serie de cuadrados. La forma de caja de la piscina y de la toalla y las distancias medidas le hicieron darse cuenta de que necesitaba salir al aire libre.

A pesar de sus numerosos logros deportivos, se describe ante todo como un amante de la naturaleza. Montar en bici es su forma de explorar caminos, y la forma más rápida de salir de la ciudad y adentrarse en la naturaleza. Saber cuándo parar es tan importante para Paul como saber cómo de rápido o de lejos se puede ir. Tomarse el tiempo de apreciar el paisaje que le rodea es una parte esencial de la razón por la que le encanta el ciclismo de gravel. Poder parar y admirar la fauna y la flora con la que se encuentra en el camino, o simplemente darse cuenta de lo limpia que está el agua de un río en lugar de pasar por el puente sin ver nada, son detalles que, dice, se quedan en su memoria para siempre.

Mi objetivo es crear recuerdos, a veces solo con los ojos en lugar de con una cámara; lo importante es sentirme presente”

Paul es francés, pero vive en Oslo, y atraviesa la ciudad todos los días con su bici para ir al trabajo, sin importarle tener que echársela al hombro si se interponen en el camino unas escaleras. Desde su punto de vista, la bici debería ser el principal medio de transporte de todas las ciudades. Anima a todo el mundo a cambiar su medio de ir al trabajo por una bici, si puede, y nosotros estamos de acuerdo. ¿Cómo no vamos a apoyar una medida que mejora la salud de los humanos y del planeta?

Si fuera alcalde de una gran ciudad, construiría un aparcamiento enorme alrededor del aeropuerto y no permitiría que los coches entraran en la ciudad. Crearía este nuevo movimiento y fomentaría el ciclismo para ir al trabajo por diversión y por el medioambiente”

El gravel no se basa solo en el reto físico, para Paul también es importante salir a la carretera con su equipo. Valora de verdad ese momento cuando salen todos juntos, con las bicis, los cascos y los tubulares, listos para enfrentarse a cualquier reto que el camino y el tiempo les depare. Le encanta lo que él llama la “competición social” de montar en bici con sus amigos y disfrutar de las bromas compartidas o del silencio cómplice.

El equipo de gravel de Paul tiene un lema que les guía y que aplican cada día: “RIDE EVERYWHERE”. Pero es mucho más que un lema; el ciclismo para Paul es sinónimo de sobrepasar límites y adentrarse en una aventura de descubrimiento. Su viaje en bici perfecto sería cruzar un país completo, o mejor aún, un continente, y usar su bici para descubrir nuevas culturas y visiones.

Apenas hay reglas en el ciclismo de gravel. No hay semáforos. No hay señales de Stop. Puedes ir por donde quieras. No hay límites, solo el camino. Y la verdad es que sí. Es una sensación de libertad maravillosa”

Un amante de la naturaleza al que le encantan los retos, pero que sabe cuándo parar e impregnarse de la felicidad y las maravillas que le ofrece el paisaje que le rodea. Un viaje que podría resultar agotador para muchas personas es solo un juego para Paul. Esa combinación única de intrepidez, competitividad y pura alegría de vivir es la que hace de Paul un verdadero original.

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